Cazador de Fuegos fatuos

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jueves, 29 de mayo de 2008

Cien años de soledad



Terminaron llorando juntos y Aureliano sintió por un momento que el dolor había terminado. Pero cuando volvió a quedar solo en la última madrugada de Macondo, se abrió de brazos en la mitad de la plaza, dispuesto a despertar al mundo entero, y gritó con toda su alma:

-¡Los amigos son unos hijos de puta!

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4 comentarios:

  1. escribí un comentario, no sé si pique algo mal, falló la conexión o tengo que esperar tu aprobación, maese cazador. ahora lo sabré...

    otro beso

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  2. mmmjjj. bueno... pues sólo decía que Sí, lo son! lo somos!

    ¿en qué idioma está tu blog? y ¿porqué borraste la entrada anterior?

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  3. Chale, tan temprano y ya diciéndome tan feo!

    Besos.

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  4. Estoy leyendo, por fin, Cien años de soledad; ya no me falta tanto; ya llegó el tren.

    ¿Son los amigos unos hijos de puta?

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